El ex gobernador bonaerense no sólo viene operando sobre el gigantesco polo industrial de San Pablo, sino que comenzó a tender lazos con las poderosas compañías de energía brasileñas.
Por José Calero
El presidente Javier Milei le encomendó al ratificado embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, la misión especial de revertir la balanza comercial negativa con la principal economía latinoamericana, que rondó los USD 4.800 millones en el 2023.
Brasil, con casi 2 billones de dólares de Producto Bruto, es el socio clave de la Argentina, junto con China.
El gigante latinoamericano tiene un acuerdo comercial para el mercado automotriz que es central para el desarrollo de las terminales locales, que cerraron el año con una producción de poco más de 600 mil vehículos, pero también es un gran comprador de carne y commodities en general.
El objetivo del gobierno es llegar en cuatro años a producir 1,3 millones de autos, el total de la capacidad instalada que tiene la Argentina en la actualidad. Es decir, la capacidad ociosa de las plantas rondar el 50 por ciento en la actualidad.
Scioli no sólo viene operando sobre el gigantesco polo industrial de San Pablo, sino que comenzó a tender lazos con las poderosas compañías de energía brasileñas y, esta semana, con las aerolíneas low cost que retomarán rutas entre Brasil y la Argentina. Una de esas rutas unirá Río de Janeiro con Mar del Plata.
“Scioli es un hombre de Estado, por eso el presidente Milei lo ratificó en el cargo. Es el hombre adecuado para llevar las relaciones con Brasil a un nuevo nivel, más allá de la ideología de cada mandatario”, explicó a Noticias Argentinas una fuente diplomática.
Es que en la campaña electoral Milei lanzó ataques muy fuertes contra Lula Da Silva, lo tildó de “comunista” y hasta increíblemente dijo que su gobierno no movería un dedo para estrechar lazos comerciales con ese país, por lo que debería arreglársela el sector privado. Encima, del otro lado, Lula apoyó abiertamente a Sergio Massa, y ligó a Milei totalmente con Jair Bolsonaro, el estridente ex presidente brasileño, enemigo jurado del líder del Partido de los Trabajadores.
Con esos antecedentes, parecía difícil remontar la relación entre un gobierno libertario y la administración admiradora del socialismo de Lula. Sin embargo, las señales de que Scioli continuaría en el cargo empezaron a descomprimir las tensiones diplomáticas, y en el empresariado argentino empieza a haber más optimismo respecto de la posibilidad de que se anime cada vez más la relación comercial.
La Argentina terminó 2023 con un déficit comercial acumulado de USD 4.788 millones, versus un déficit de USD 2.245 millones en el año previo. Es decir, en un año más que se duplicó el desequilibrio comercial, fue un 113,3% mayor.
Esto deja a 2023 con el mayor rojo comercial desde 2017 (USD -8.184 millones), según un informe elaborado por la consultora ABECEB, que dirige el ex secretario de Industria Dante Sica, de sólidos contactos en el mundo empresarial brasileño.
El flujo comercial (importaciones + exportaciones) durante 2023 creció 1,1% versus 2022, pero desde julio mostró una baja acumulada del 9,9% respecto del segundo semestre de 2022.
Esto implica que, más que una dinámica virtuosa de recuperación del comercio exterior, a lo largo de 2023 pudo verse un intento de moderar el déficit comercial mediante restricciones cada vez más severas a las importaciones, afectando a la relación comercial bilateral.
El flujo de diciembre mostró una baja del 12% anual. En diciembre, la Argentina exhibió un superávit comercial con Brasil de USD 52 millones, la primera cifra positiva en todo 2023 y muy superior al exhibido en igual mes de 2022 (USD 8 M).
Las importaciones desde Brasil totalizaron de USD 834 M en diciembre y se redujeron en un 14,3% contra igual mes de 2022.
Así, el acumulado del año cerró con un incremento del 9,3% versus 2022, aunque esto se debe principalmente a un crecimiento del 25,2% anual acumulado entre enero y julio, en contraste con la caída de 12,3% en los últimos cinco meses del año.
En detalle, la caída de los valores importados desde el país se explica exclusivamente por una reducción en las cantidades compradas, que cayeron un 16,6% versus igual mes del año previo.
En contraste, los precios crecieron un 6,1% anual en el mismo mes.
Se exhibió una dinámica heterogénea entre los distintos sectores en el último mes del año:
– Primeramente, pudo verse que las importaciones automotrices presentaron tendencias contrapuestas.
– Las compras de vehículos automotores de pasajeros crecieron un 93,9% contra el mismo mes del año previo, alcanzando USD 88,7 M, y representando un 10,6% de las importaciones.
– En forma similar, las compras de vehículos automotores para transporte de mercancías crecieron un 6,1% anual en diciembre, totalizando USD 24 millones (un 2,9% del total).
Por el contrario, se observó una profunda baja en las partes y piezas para automotores, ya que las compras de motores de pistón y sus partes se redujeron en un 94,0% en diciembre, a USD 1,4 M – un 0,2% de las importaciones totales.
Del mismo modo, las compras de partes y accesorios de vehículos automotores se contrajeron un 7,2% interanual, dando cuenta de un 12% del total (es decir, USD 100,1 M). Puede verse, así, que el sector automotriz representó un 27% de las importaciones en el último mes del 2023.
En tanto, el rubro de metalmecánica cobró peso en el último mes de 2023. En este sentido, las importaciones de mineral de hierro y derivados presentaron una caída profunda, de 34,6% interanual, y representaron el 3,1% de las importaciones totales (USD 25,5 M).
Por el contrario, las compras de productos laminados planos de hierro o acero alcanzaron USD 33,8 millones en el mismo mes, creciendo un 47,4% versus dic-22 (y dando cuenta de un 4% de las importaciones totales de dicho mes).
En tanto, el agro presentó nuevamente un rol significativo en el desempeño de las importaciones, ya que las compras de soja de Brasil alcanzaron USD 9,3 M.
Las exportaciones argentinas a Brasil alcanzaron los USD 886 M, mostrando una caída del 9,7% anual en el último mes de 2023, lo que implica una desaceleración profunda versus el mes previo (-23,2%), y bien por debajo del promedio del segundo semestre (-15,7%).
En este sentido, las exportaciones argentinas a Brasil totalizaron USD 11.989 M en 2023, una contracción del 8,5% contra 2022.
Pudo notarse que la caída de las exportaciones fue principalmente traccionada por una contracción en los precios (-6,5% interanual), aunque las cantidades también se redujeron en un 3,4% anual en el mismo mes.
Entre los productos de mayor participación en el total, la dinámica fue heterogénea:
– El sector agroganadero tuvo un rol destacado. En este sentido, las exportaciones de Trigo y Centeno sin Moler cayeron 16,1% anual en diciembre, totalizando USD 79,5 M (un 9,0% del total).
Por el contrario, los lácteos mostraron una dinámica positiva, ya que las exportaciones de leche y lácteos (sin queso) crecieron un 41,1% anual en el mismo mes, llegando a representar un 4,0% de las exportaciones totales (vs 2,6% en dic-22), es decir, totalizando USD 35,8 M.
En forma similar, las exportaciones de quesos aumentaron un 82,2% anual en el mismo mes, llegando a USD 14,2 M, o un 1,6% del total.
El sector automotriz presentó una dinámica generalmente positiva.
En este sentido, puede notarse que las exportaciones de partes y accesorios de vehículos automotores fueron de USD 34,9 M en diciembre, un incremento del 16,0% anual, aunque solo representando un 3,9% del total.
En tanto, las ventas de vehículos automotores de pasajeros alcanzaron USD 142,6 M en el mismo mes, creciendo un 18,2% anual, y representando el 16,1% de las exportaciones. Finalmente, los envíos de vehículos para el transporte de mercancías crecieron un 4,2% interanual en dicho mes, llegando a USD 221,7 M – o un 25% del total exportado.
En contraste, el rubro de motores a pistón y sus partes mostró una contracción de 75,1% interanual en diciembre, totalizando solamente USD 8,6 M, versus USD 34,5 M en 2022 – es decir, representando solo el 1,0% de las ventas (vs 3,5%).
Esto podría reflejar que parte de la producción nacional se canalizó parcialmente al mercado externo: según ADEFA, la producción de vehículos cayó un 0,4% anual en diciembre, aunque las ventas se contrajeron un 25,2% anual – y si bien las exportaciones se redujeron en un 3,5% en el mismo mes, acumularon una suba del 1,1% en 2023.
A lo largo de 2023 las importaciones crecieron un 9,3% anual, alcanzando USD 16.777 M, mientras que las exportaciones fueron de USD 11.989 M (una caída del 8,5%), resultando en un déficit comercial acumulado de USD 4.788 M, un 113,3% mayor al de 2022.
Esta dinámica, aun así, tuvo sus particularidades, ya que las importaciones crecieron por los primeros siete meses del año (un 25,2% entre enero y julio), aunque cayeron un 12,3% entre agosto y diciembre.
Esto ocurrió pese a controles cada vez más estrictos sobre las compras externas, aunque una excepción notoria fue la soja, ya que las importaciones de esta (para sustituir la producción doméstica perdida por la sequía) aumentaron fuertemente en 2023.
Específicamente respecto de Brasil, las compras de soja crecieron un 1.017,3% en todo el año pasado, dando cuenta de un 12,1% del total importado, y alcanzando USD 2.025,9 M entre enero y diciembre – un 141% del aumento total en las importaciones en el año.
Por el contrario, las exportaciones crecieron solamente en el primer trimestre (un 15,2% anual), y cayeron el resto del año, acumulando una baja de 14,2% entre abril y diciembre.
Estos datos son debidos al impacto negativo de la sequía y a la ausencia de sectores que pudieran traccionar las exportaciones en igual medida, los cuales también frecuentemente presentaron dificultades por las trabas a las importaciones, por ejemplo en el sector automotriz
Se espera un año económico desafiante para Argentina a nivel macro, ya que las medidas de ajuste fiscal, monetario y cambiario anticipan un escenario con importantes repercusiones en la actividad económica y los ingresos durante una parte considerable del año.
Sin embargo, el sector externo viviría otra especie de realidad ya que se espera que se mantenga un tipo de cambio real alto en términos históricos (incentivando las exportaciones), que la reversión del efecto-sequía sea total, que los incentivos a la exportación sean mayores (como la extensión de la suspensión de las retenciones a los productos lácteos, o la eliminación del pago del impuesto PAÖS para insumos utilizados en la producción de bienes exportables), y que el nuevo sistema de SEDI (en reemplazo de las SIRA) permita agilizar y eficientizar el comercio exterior.
A su vez, se espera que la economía brasileña crezca este año un 1,5% anual (una tasa menor a la registrada en 2023). De esta manera, los envíos al exterior por parte de Argentina se recuperarían, al compás de un desincentivo para importar (dada la suba del 144% del dólar importador, compuesto de una devaluación del 121% del dólar oficial, y una suba del impuesto PAIS del 10%).
De cualquier modo, ABECEB advierte que “sin estabilizar los desbalances macroeconómicos importantes no se podrá terminar de normalizar completamente el sector externo, dando lugar a una continuación parcial de los controles y cepos ya existentes. En los primeros seis meses del año esperamos que las importaciones continúen algo restringidas, al menos hasta que se logren acumular reservas internacionales, llegando a un MULC muy ligeramente monitoreado a fin de año”.